La Revolución Industrial
En la historia de la humanidad,
existen periodos que se distinguen mucho más a diferencia de otros por el
impacto tan grande que pueden tener en la forma de vida de una sociedad, y, por
tanto, el cambio mismo que generan, trae consigo una transición, una vuelta a
la página, una hoja completamente en blanco para redactar un nuevo comienzo.
La Revolución Industrial viene
siendo uno de esos periodos de tiempo importantísimos en el cambio de la forma
de vida de la humanidad, pues trajo consigo una serie de cambios significativos
en las formas de producción a tal punto que, como ficha de dominó caída que
derriba a todas las demás que están detrás de ella, convirtió a un gran número
de países del mundo en sociedades industriales.
Smokestacks in Pittsburgh, Pennsylvania, 1890s © Bettmann/CORBIS
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Este periodo de tiempo se
caracteriza por la llegada y uso total de tecnologías y máquinas en serie que
producían cantidades enormes de objetos en masa, algo verdaderamente brutal.
Obviamente, la economía y la sociedad se verían transformadas de manera radical
a la que se les conocían con anterioridad; pues la mano de obra fue
reemplazada, sustituida totalmente por las máquinas que funcionaban con fuentes
de energía… no más humanos, no más obreros, no más elementos naturales en el
proceso, todo eran máquinas, máquinas y más máquinas en serie. Por lo tanto,
estas máquinas fabricaban la mercancía a un ritmo acelerado en un periodo de
tiempo bastante corto aumentando así la producción de éstas.
Se sabe que, a principios de la
humanidad, toda la vida operaba dentro de un círculo sin fin y de manera rápida
de energía del Sol a la Tierra, pero esto cambió cuando la Revolución
Industrial apareció y la gente descubrió una fuente extra de energía con una
capacidad brutal de trabajo, esta fuente de energía serían nada más y nada
menos que los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas
natural; cuando se quemaron, liberaron energía… ¡genial! El futuro, la nueva
forma de ver el mundo estaba en sus manos, al alcance de utilizar ese nuevo
descubrimiento para facilitar el trabajo humano.
Tiene sus inicios en Inglaterra,
Europa, a finales del siglo XVIII; éste lugar conseguiría un gran crecimiento y
desarrollo en la industria química, textil y metalúrgica, pues las máquinas que
se utilizaban serían sumamente eficaces para el aumento de la productividad en
todas las fábricas.
Ya ejemplificando algunos de los
descubrimientos y creaciones de máquinas sumamente importantes en la Revolución
Industrial, podemos mencionar a James Watt, fabricante de instrumentos que
diseñó un motor en el que el carbón quemado producía vapor, que impulsaba un
pistón asistido, y sí, ya estamos hablando de la máquina de vapor.
James Watt’s “Sun and Planet” steam engine © Bettmann/CORBIS
Mientras esto sucedía en Gran
Bretaña, del otro lado del charco en América del Norte, se producía una alta
cantidad de algodón, utilizando máquinas para hilar el hilo del algodón y
tejerlo en telas en telares; cuando se conoció a la máquina de vapor, se les
ocurrió conectar una de ellas a estas máquinas de hilar, y ¡oh sorpresa! La
máquina de vapor podía alimentar a muchos telares, es decir, la producción se
agilizaba y por lo tanto era mucho más rápida que la mano de obra.
Todo esto fue gracias al carbón,
pero, ¿y el petróleo y el gas natural? Éstos dos últimos eran más comúnmente
utilizados como combustibles de lámparas u otras fuentes de luz mientras el
carbón maravillaba e impulsaba la Revolución Industrial, no fue sino hasta
mediados del siglo XX que el combustible fósil mejor conocido como petróleo,
alcanzó y rebasó al carbón en su uso. Y esto sucedió cuando se desarrollaron y
pusieron en marcha el ferrocarril y las fábricas establecidas en espacios ya
como lugares de trabajo fijas, con puras máquinas. Es de suma importancia
destacar que la construcción de un sistema ferroviario nacional resultó ser un
pilar fundamental y esencial en la industrialización de todo el mundo.
Es de imaginarse, entonces, que
abundaban los combustibles fósiles cuando surgió la Revolución Industrial, por
lo tanto, se les supo dar el uso adecuado para la evolución de la humanidad;
además de que, todas las máquinas innovadoras que impulsaron esta revolución y
quedaron en la historia, proyectaron una era de cambio sumamente acelerado que
hasta hoy en día, sigue evolucionando y transformando a la sociedad humana.
De The Yorck Project (2002) 10.000 Meisterwerke der Malerei (DVD-ROM), distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH. ISBN: 3936122202., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=154184
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