El Ferrocarril
Medio “ferroviario” que vino a
revolucionar los medios de transporte existentes de aquel tiempo; máquina que
nace gracias a la Revolución Industrial y por supuesto, a un invento previo que
también surge en este movimiento: la máquina de vapor. Es muy importante
resaltar que, sin la máquina de vapor, el ferrocarril no hubiera sido diseñado
nunca.
Este transporte podía moverse
gracias al consumo del combustible fósil que utilizaba: el petróleo. Obviamente
transformado en “gasolina” por decirlo coloquialmente.
Retomando la importancia del
motor de vapor (máquina de vapor), y su desarrollo al paso del tiempo, fue
causa detonante de la creación de una nueva máquina que pudiera “jalar” o
“arrastrar” trenes sobre unas líneas; así surgen entonces las locomotoras de
vapor.
No cabe duda que el ferrocarril
fue una máquina que además de revolucionar en los medios de transporte, marcó
con un cambio significativo la economía total del siglo XIX, pues ya teniendo
al ferrocarril en perfecto estado y funcionamiento, se transportaron mercancías
desde el lugar donde se producían (por lo regular campos) hasta donde se
manufacturaban por medio de las máquinas (las fábricas en las ciudades). Esto
solo nos constata que el ferrocarril impulsó y aceleró el comercio, la
exportación y la importación de mercancías, por lo tanto, los costes de producción
se redujeron de manera notoria a comparación de la forma de comercio anterior a
la llegada de la Revolución Industrial.
Por supuesto, nuestro país no se
queda atrás, y se introdujo el sistema ferroviario también en el siglo XIX
durante el mandato de Porfirio Díaz, en aquel entonces, el ferrocarril cayó “de
perlas” para el impulso de la economía mexicana.
Ya más cerca de la modernidad, el
ferrocarril no sólo transportaba mercancías o toneladas muy pesadas de materia
prima, sino que también se convirtió en un medio de transporte de personas, las
cuales vienen llamándolo “tren”.
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