¿Cómo termina la pintura 🎨 y la gráfica 📙 mexicana del S. XIX?
Fácil, contundente, y sencillo de responder: con la
fotografía.
La llegada del daguerrotipo en México (ya hablé de manera
muy particular y en específico de este tema en otro post) es ese puente, esa
brecha, esa nueva sinfonía que hace que la pintura y la gráfica mexicana
queden, por un momento, en el olvido.
“Una imagen fotográfica dice más que cien grabados.”
Frase del profesor Jorge… triste pero cierta.
De US daguerreotypist - Trabajo propio, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8696454
Haciendo un breve recuento de lo que ya hablé con
anterioridad en este blog, el daguerrotipo se hace famoso por retratar a las familias
mexicanas, funciona como una memoria fotográfica que tendría la magia de
perdurar en el tiempo.
Por supuesto, los pintores no se darían por vencidos, ni
quedarían “noqueados” por la llegada del daguerrotipo a México; al contrario,
lo convertirían en una herramienta sumamente útil para continuar con la
preservación de la pintura. Se forjaría entonces, una relación íntima muy
importante entre la fotografía y la pintura… ambas cosas formando a final de
cuentas, arte.
Se crea entonces un lenguaje de posturas muy variadas entre
el grabado y la pintura.
Los grabados de José Guadalupe Posada marcaron un “boom”
realmente importante en la historia del arte moderno en nuestro país. El
grabado cierra con broche de oro la gráfica del siglo XIX y a su vez da la
pauta para el inicio de la gráfica moderna del siglo XX.
Posada ilustra entonces, mini libros de bolsillo (de los
cuales ya hablé en un post pasado) que narran recetas de cocina, canciones de
amor (cancioneros), poesías etc. acompañados de ilustraciones (grabados)
maravillosos.
Lo que se le aplaude a Posada, es como hace popular lo
clásico, lo ya existente, lo viejo, por así decirlo. Estos grabados son de gran
importancia porque vendrían siendo los primeros pasos de la caricatura
mexicana. Se ilustraban crónicas de la época, existía un diálogo entre la
fotografía, el grabado y la pintura.
Me gustaría cerrar este post con un maravilloso vídeo que me
encontré mientras navegaba por Twitter, y es que es de suma importancia
reconocer los grabados, el trabajo inigualable de José Guadalupe Posada, pues
se convirtieron en un gigantesco eco en la historia del arte mexicano:
Posada crea una imagen gráfica que representaría, se
convertiría en la imagen visual de cada año en el día de muertos: la catrina. Quien
era temida por muchos a tal grado de llegar a ser olvidada, hasta que Diego
Rivera la encontró, le sacudió el polvo y la revivió (aunque suene un poco
ilógico) colocándola en uno de sus frescos más simbólicos e importantes.
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