Gráfica 📕 del siglo XIX 📷 en México
Tomando en cuenta únicamente al
siglo XIX en cuanto a gráfica, podemos ubicarnos en distintos contextos que nos
ayuden a comprender mejor cómo es que sucedieron tantas cosas en relación a las
bellas artes en nuestro país. Esto podemos saberlo gracias a los libros, porque
ahí se encuentra toda aquella información (textual y visual) que habla de todo
un mundo a través de los siglos.
Pues bien, por parte de la gráfica mexicana, podemos decir
que fue en el año de 1854 cuando tuvo su máximo esplendor hasta 1900. La
gráfica almacenada entre el siglo XIX y antes de los comienzos del siglo XX se
da gracias a dos autores primordiales del XIX, uno de ellos es el grandioso
José Guadalupe Posada.
Posada se burla de la muerte en sus gráficas que contienen
calaveras; sus grabados ilustran la fuerza de la vida y la muerte, la fortuna y
la desfortuna de la vida de los mexicanos. Estos pequeños gráficos publicados
en octavillas, costaban de diez a quince centavos, mostraban al mexicano de la
calle, a la mexicana que espera ser enamorada, cortejada, cómo se vivía el
carruaje entre las calles mexicanas, la importancia y gran distinción del canto
del gallo… entre un sinfín de características más. Algunos incluían desde
recetas de cocina, hasta poemas romanticones.
Podemos decir entonces, que, gracias a Posada, la gráfica
estuvo al servicio del pueblo mexicano.
Los siguientes fueron, por supuesto, los hermanos Casasola
(de quienes ya he hablado en antiguos posts), quienes tuvieron su mayor auge
entre 1900 y 1913. Para 1910 la fotografía ya es la principal protagonista de
la gráfica mexicana, gracias a ese par de hermanos. El encanto de la fotografía
dura en su máximo esplendor cincuenta años, hasta que fue echada a un lado,
olvidada por la llegada de la televisión.
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